De vuelta al tranvía

Lo sé, hace meses que no escribo nada en este sitio... y quizás de lo mismo porque nadie esta leyendo esto. El mar no fue el éxito taquillero que esperábamos, en parte también por la inexistente cobertura de prensa, la cual no cabe discutir aquí pues ya han pasado varios meses, y los involucrados sabemos los detalles. Fuera de la amargura de nunca llenar la sala, sí pudimos disfrutar de generosos aplausos, funciones alucinantes y todo eso que hace que hacer teatro valga la pena. Fue un sueño breve, extasiante y refrescante.



Superación de traumas, viejas heridas se cerraron, aunque abrí los ojos un poco tarde y hay asuntos que aun no pasan. Hay nuevas olas y ahora soy capaz de burlarme de algo que hace poco más de un año me hubiera llevado a coquetear con la depresión.

Me he mudado, aunque todavía un pedazo de mí, quizás mi pie izquierdo, que me duele crónicamente, uno de mis ojos y una gran porción de mi sistema digestivo sigue viviendo en el Número 7 (referencia Sabinesca, aquí la sabiduría).


En asuntos vagamente relacionados. ¡5to aniversario de la Entrega del Informe Final de la CVR!. Y nuestro país se sigue debatiendo entre la Verdad y el Macarthysmo asqueroso de Fujimori, Gianpietri, Cipriani, Raffo, Rey y toda la plaga incapaz de ver que la violencia tiene su origen en el abismo social, la discriminación y la corrupción que siguen rampantes.

Anteayer conversaba con una amiga, que me confesó no saber nada del Conflicto Armado Interno, la diferencia entre el MRTA y Sendero y la política exterior del régimen agonizante de Bush. Nos pasamos el mediodía viendo una exposición del Encuentro de Derechos Humanos en la PUCP, para luego contarle lo poco, o no muy poco - no sé - que sé sobre estos temas.

Bueno, el sueño va ganando. Es extraño volver después de tanto tiempo, y encima tener que hablar algunas cosas en código. Me pregunto quien leerá esto, y espero volver antes de que pase la semana.